Lava una vez el arroz, después lo combinas con 3 tazas de agua bien caliente en un recipiente, luego lo tapas y lo reservas durante toda una noche.
Al día siguiente colocas en una olla dos rajas de canela con cuatro tazas de agua hasta que logre su punto de ebullición, retira las rajas de canela, apaga el fuego y deja refrescar.
En una licuadora integra el arroz que tenías en remojo (durante toda la noche) junto a su agua y licúa hasta que la mezcla esté ligera y homogénea. Retira de la licuadora y cuela en un recipiente con ayuda de un colador de malla fina, ahora viertes el agua con la canela infusionada e integras con el agua de arroz que pasaste por el colador.
Añade la leche, la canela en polvo, azúcar al gusto y la esencia de vainilla, revolviendo e integrando hasta disolver el azúcar por completo. Posteriormente, refrigera hasta enfriar.